[DISEÑO] Una identidad visual sólida lleva al éxito




¿Qué representa una marca?

En un mundo globalizado como el nuestro, los consumidores tienen acceso a productos y servicios que, a pesar de proceder de cualquier parte del mundo, son cada vez más parecidos entre sí. Por eso, disponer de una marca posee una relevancia estratégica particular. Además de ser un elemento diferenciador de un producto o servicio con unas determinadas características, la marca apela a elementos emocionales de los usuarios, relacionados con su estilo de vida y escala de valores. Una marca sólida transmite con solo escuchar su nombre o ver los símbolos que la identifican, a la vez que forja una lealtad indestructible con sus consumidores.

¿Cómo se construye una marca?

Crear una marca puede ser un proceso largo y complejo, pero que comienza con hacerse dos simples preguntas cuya respuesta no siempre es evidente. La primera de estas preguntas es ¿qué soy? Y la segunda pregunta, ¿cómo transmito lo que soy? 

La contestación a la primera pregunta lleva a definir lo que se llama identidad corporativa. La identidad corporativa es la esencia de una organización, su personalidad. Una personalidad compuesta por la historia de una empresa desde su creación hasta el momento presente; por el proyecto de la empresa, que incluye su visión, misión y métodos para cumplir dicha misión; y por la cultura de la empresa, que se asocia con el comportamiento de la entidad de acuerdo con unas determinadas convicciones y los valores de sus miembros.

De la respuesta a la segunda pregunta emerge la identidad visual corporativa. La identidad visual no debe ser confundida con la identidad corporativa, puesto que dentro de la estrategia global de la empresa, la identidad visual corporativa se pone al servicio de la identidad corporativa. Para una organización con una personalidad ya definida, la identidad visual aporta los instrumentos necesarios con que comunicar visualmente esa personalidad. Evidentemente, la identidad visual de una empresa ofrece las pautas no solo para diferenciarse del resto de empresas, sino también para consolidar su marca. Porque la identidad visual bien planificada ofrece a los consumidores una promesa, la de proporcionar, con un producto o servicio, una garantía de satisfacción y calidad.

Diversas ramas del diseño, como el diseño ambiental, arquitectónico, industrial y gráfico, intervienen en la construcción de la identidad visual de una marca o empresa, una identidad visual en la que nada se deja al azar. La identidad visual implica concebir un logotipo o nombre para la marca o empresa. Tal vez el logotipo sea el elemento más importante de la identidad visual pero, puesto que la memoria visual es más fuerte que la memoria auditiva, el nombre solo no basta. Entonces, el logotipo debe ser integrado con otros elementos, los cuales han de ser coherentes con la identidad corporativa, y también atractivos y perdurables en el tiempo. Estos elementos incluyen el isotipo o símbolo, el isologo ―combinación del logotipo y el isotipo­―, la tipografía y los colores corporativos. La elección cuidadosa de cada uno de estos elementos persigue que la marca sea inconfundible y deje una huella imborrable en la memoria.


¿Cómo una identidad visual sólida lleva al éxito de una marca?


A estas alturas, habrás comprendido ya que el éxito de una marca no solo depende de tener un buen producto o servicio, sino también de una identidad visual sólida. Los rasgos que identifican a una identidad visual sólida y que conduce al éxito de una marca son:

Atractivo visual, conseguido mediante diseños únicos, originales y relevantes que transmitan la esencia de la marca y su valor social. El impacto visual se alcanza cuando todos los elementos de la identidad visual (logotipo, isotipo, isologo, tipografía y colores corporativos) están perfectamente visibles en todos los medios de comunicación de la empresa con sus consumidores, como el interior de las oficinas, las tarjetas comerciales, los materiales impresos o en formato electrónico, el sitio web, los vehículos, los puntos de venta o la indumentaria de los trabajadores.

Sencillez, al transmitir las ideas de forma simple, natural, espontánea, inequívoca, y sin exceso o defecto de elementos gráficos. Por ejemplo, la sencillez se logra con un logotipo fácil de memorizar o con campañas publicitarias simples que muestren la esencia de la marca. Es necesario despertar en los consumidores sensaciones y emociones que se correspondan con lo que ellos esperan de la marca.

Consistencia, al mantener inalterado el mensaje que se quiere transmitir. La consistencia es el resultado de la aplicación de las líneas, las formas, las letras y los colores de manera uniforme, pero flexible, en diferentes superficies; se trata de evitar que los consumidores dejen de asociar estos elementos gráficos con la marca y sus valores. Es muy conveniente, para conseguir la consistencia, que se transmita una única idea del producto o la empresa en todas las áreas de comunicación con los consumidores.

Diferenciación, que consiste en arraigar la marca entre los consumidores, de forma creativa, estratégica y honesta. Para que una marca gane en credibilidad y destaque entre las demás, debe ser transparente en la comunicación de sus mensajes; actuar con honestidad, es decir, al margen de publicidades engañosas; y cumplir todas sus promesas. 

Estímulo a la percepción del valor, al emitir mensajes a los consumidores para justificar un precio más alto con respecto a productos o servicios similares, si bien existen otras formas para que los clientes consideren el producto o servicio de una marca como mejor que el producto o servicio de la competencia.

Arquitectura de marcas, que es un proceso constante de modelado de las marcas existentes, y de diseño de las nuevas marcas que pretende crear una empresa. En el caso de que una empresa cuente con varias marcas debido a procesos de creación, adquisición, fusión o división, es imprescindible buscar puntos en común entre las diferentes marcas, para abaratar costes y lanzar un mensaje claro y único a los consumidores. 

Fomento de la participación de los consumidores, en que las marcas interactúan cada vez más con sus consumidores y están informadas de las nuevas necesidades y preferencias de estos, para adaptar en consecuencia los productos y servicios que ofrecen.


Crédito imágenes:
GraphicCloud, Fffound, LovelyStationery

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