Los libros iluminados

Definición y tipos

Los libros iluminados son obras manuscritas o impresas, cuya característica fundamental  es su decoración con polvo o láminas de oro o plata. Estos materiales crean dos efectos únicos en las páginas: luminosidad y profundidad. En un sentido más amplio, la definición de libro iluminado incluye libros decorados e ilustrados que pertenecen a diferentes épocas.

Se cree que el antecedente de los libros iluminados es “El libro de los muertos” del Antiguo Egipto. En la Edad Media, los libros iluminados se presentaban como manuscritos formados por una sola hoja o por varias hojas. Los llamados códices estaban compuestos por varias hojas unidas entre sí. Más tarde se crearon los libros de horas, que originalmente eran publicaciones de carácter religioso, semejantes a cuadernillos y con las páginas cosidas a mano. Con la introducción de la imprenta se imprimieron los primeros libros o incunables, de estilo similar al de los manuscritos iluminados. Si bien la época dorada de los libros iluminados es la Edad Media, William Blake, un poeta del siglo XVIII, usó la impresión iluminada para ilustrar sus poemas.

Características

Los manuscritos iluminados del Medioevo poseen tres características distintivas. La primera de ellas es el uso de letras capitulares ―son las letras que inician un párrafo o un capítulo de un manuscrito o libro y que destacan por su mayor tamaño y, muchas veces, por su ornamentación. Tenían como finalidad facilitar la lectura, porque permitían la localización de pasajes concretos.

La segunda característica es la presencia de imágenes de cualquier tamaño, que se llaman miniaturas. El término miniatura, que se deriva del verbo “miniare”, se refiere a aplicar una capa de óxido de plomo (“minium”), de color rojo. Estas imágenes representan temas de tipo religioso fundamentalmente, pero al inicio del Renacimiento abarcan también temas profanos. Las miniaturas se entendían como un refuerzo visual de la palabra.

Y la tercera característica es la adición de marcos a las letras capitulares, el texto y las imágenes. Los marcos a menudo presentaban una gran sofisticación e incluían, entre otros elementos, motivos vegetales como hojas, tallos y flores.

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