En un mundo cada vez más globalizado, donde “el tiempo vale oro”, las personas cada vez se encuentran más atraídas y guiadas hacia hábitos alimenticios poco saludables, ya que las tan conocidas “comidas rápidas” se caracterizan precisamente por la rapidez en que pueden ser adquiridas y consumidas, dejándose de lado así la importancia de la comida como alimento, con valores nutricionales para una vida saludable.
Entre las comidas que dañan nuestra salud podemos mencionar: hamburguesas, papas fritas, tocino frito, pizzas, pollo frito, tacos, batidos, donas, dulces, etc. Todas éstas se caracterizan no sólo por tener un muy bajo valor nutricional sino también por contener altos valores de sodio, colesterol, grasas saturadas, azúcar y calorías.
Como hemos mencionado, las comidas rápidas contienen altas cantidades de sodio (para reducir el desperdicio y acentuar el sabor) lo cual aumenta la presión arterial, y a su vez puede dañar los vasos sanguíneos y órganos, esto puede derivar en una falla cardíaca, pérdida de la visión, e infarto cerebral. Asimismo, el alto contenido de colesterol y de grasas saturadas que mencionábamos con anterioridad pueden aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Por su parte, el gran nivel de calorías que contienen estos productos lleva a que se incremente el peso e incluso se genere obesidad entre los consumidores.
Por último, comer este tipo de comidas puede aumentar el riesgo de desarrollar resistencia a la insulina, una condición en la cual el organismo no puede metabolizar la insulina apropiadamente, lo que puede causar que el cuerpo produzca más insulina, y con el tiempo no ser capaz de producir suficientes cantidades, terminando en diabetes.
En fin, como hemos visto, el comer este tipo de productos no sólo no lo llevará a tener huesos y músculos fuertes, sino que puede derivar (si se come regularmente) a incrementar el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas.
Escrito por: Irina Belotti
Credito iamgen: vettonru
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